Jóvenes llegados desde distintas comunidades de toda la diócesis de Morón participaron del Encuentro Diocesano de Jóvenes que tuvo lugar este sábado en el colegio San José, de Morón. Participó y dialogó con los jóvenes el Obispo de Morón Jorge Vázquez, que aclaró a los jóvenes de entre 18 y 25 años que asistía para escuchar, “escuchar de verdad. Vivimos en un mundo en el que a veces no nos escuchamos. A veces ni en la familia. No somos capaces de ponernos en el lugar del otro. Porque escuchar implica salir de mi mismo. Dejar de ser el centro, y pensar más en lo que pasa al otro. La escucha verdadera hace que podamos dialogar”. “Escuchando, también a través de ustedes, yo sé que me habla Jesús”, les dijo.
Reflexionando sobre el pasaje del Evangelio que narra la vocación de los primeros discípulos de Jesús, aquellos que seguían a Juan el Bautista, el padre Vázquez invitó a los jóvenes a preguntarse como Jesús les preguntó a ellos “¿Qué buscan? Pregunta que me puedo hacer yo, que se pueden hacer ustedes. ¿Qué buscan en la vida? ¿Qué están buscando? ¿Cuál es el sentido que le dan a la vida? Esta es la pregunta fundamental por el sentido de por qué vivo. ¿Qué estoy buscando? ¿Cuáles son mis deseos? ¿Cuáles son mis deseos más hondos?”.
“Decime lo que deseas y te voy a decir quién sos porque en tu búsqueda, ahí está tu altura. Ahí está la verdadera dimensión de tu vida. Donde no te satisfaces con cosas chiquitas, sino con cosas grandes”, explicó, y profundizó: “Uno es joven cuando busca, cuando tiene inquietudes, cuando vive intensamente, cuando desea intensamente, y actúa. Eso es vivir. Vivir es superar el temor, el miedo a la vida. Vivir es no jubilarse antes de tiempo. Francisco lo decía, los jóvenes que no buscan nada no son jóvenes. Están jubilados. Han envejecido antes de tiempo. Es triste ver a jóvenes jubilados”.
También recordando palabras del Papa Francisco, el padre Vázquez enseñó que “Jesus a través de todo el evangelio, en todos los encuentros que tiene a lo largo del camino, aparece como un incendiario de los corazones. Jesús, cuando te encontrás con él, cuando se da el verdadero encuentro, inflama tu corazón, te plenifica, te enciende, es como una llama (…) El fuego de Jesús tiene que arder en los corazones de los cristianos, sobre todo de los jóvenes”.
Es que, como recordó el Obispo, “no vamos al encuentro de Jesús para escuchar teorías. No vamos para que nos baje línea. Vamos al encuentro personal. A convivir con él. Que es una experiencia que cada uno hace. Alguno habló ahí de tener memoria del encuentro con Jesús que te cambia la vida. Y a partir del encuentro con Jesús, con el corazón lleno de fuego, uno sale a contagiar. Nuestro ser Iglesia es eso. Ser misioneros de ese encuentro, ese encuentro que llena de sentido la vida, que sacia nuestro corazón, y que lo inquieta para que busque más y más. Este ver, este convivir, es morar en Jesús, morar es hacerse amigo. Esto habla de la amistad”.
Además, el padre Vázquez invitó a los jóvenes a confiar en que “el mundo se puede cambiar”. “Jesus nos llama cambiar el mundo. Jesús nos llama a transformar este mundo. A crear fraternidad. Acá entre nosotros. A romper las divisiones. Esto de la grieta… No hay que engancharse con esas cosas. Hay que superarlas. Porque somos hermanos. Somos hermanos. No somos enemigos. No creemos en aquello que dijo un filósofo del siglo XIX, que el hombre es un lobo para el hombre. No lo es. Somos hermanos. Y Jesús nos llama a vivir la fraternidad, a construir la paz, a derribar los muros con palabras de Francisco, y a construir puentes”.
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