El sábado 8 de septiembre, la parroquia de Cristo Obrero comenzó los festejos de sus Fiestas Patronales, con la renovación de las promesas bautismales, y los bautismos programados para la fecha. Nuestro obispo Jorge se acercó a la comunidad, para ser él quien bautizara y renovara la promesa a los presentes, en un marco de alegría y verdadera fe,
A la ceremonia, se acercaron muchas familias de catequesis y del resto de la comunidad, que literalmente llenaron el templo en todo sentido. Monseñor Vazquez habló con los presentes de lo que significa el bautismo en la vida del cristiano, y resaltó la importancia de los padres y los padrinos en el acompañamiento del camino de la fe.
Terminada esta instancia, los grupos de chicos y jóvenes de la parroquia (Guías, Scouts y Pastoral Juvenil), junto a la comunidad de cada capilla, trajeron las imágenes de éstas, en procesión por el barrio, repartiendo agua bendita, estampas, programas, etc.
Este gesto misionero, fue muy bien recibido por la gente, que pedía bendiciones para su casa y familias, se acercaba a saludar a su patrono, o simplemente se emocionaba al paso de las imágenes por su casa o negocio.
Al ingresar las imágenes al templo, fueron recibidas por los chicos de la IAM ,y el resto de la comunidad, y colocadas ante el altar, para presidir las misas hasta el próximo domingo, fiesta central de la parroquia.
En ese contexto de fiesta, el obispo habló con los jóvenes, manifestándole la alegría que le provocaba ver a tantos participando activamente de la vida parroquial.
Resaltó que son los jóvenes quienes deben evangelizar a los jóvenes, contagiando la alegría y el compromiso característicos de la juventud.
Luego de mantener un diálogo con ellos, comenzó la Misa en la que aprovechó el texto de la segunda lectura “no hagan acepción de personas”, para retomar el mensaje que nos diera en las fiestas patronales diocesanas: “una iglesia pobre y para los pobres”
También se dirigió a los ancianos, a quienes instó a ocupar su lugar, y lamentó que la sociedad olvide sus derechos, cosa que también hace con los más pequeños y los niños por nacer.
Por otro lado, nos recordó a todos que debemos estar atentos a los que sufren y los que más necesitan, en una iglesia abierta a todos pero con una clara opción por los pobres.
Tras haber concelebrado la eucaristía junto al padre Jorge (Coco), y el diácono transitorio Arturo, nos contó que lo ordenaría sacerdote el día 7 de diciembre, ceremonia a la que nos invitó a acompañarlo.
Para cerrar esta primer jornada de fiesta patronal, los jóvenes animaron el fogón comunitario, con sus juegos y canciones, mientras repartían mates y tortas fritas, dejándonos a todos agotados, pero felices de haber sido fieles al lema elegido por todos:
“CAMINAR CON EL HERMANO, ES CAMINAR CON JESÚS”.