El Motu proprio del Papa Francisco “Vos estis lux mundi” (Ustedes son la luz del mundo) señala la “obligación” para todas las diócesis del mundo (a partir de junio 2020) de contar con “uno o más sistemas estables y fácilmente accesibles al público para presentar informes” sobre los abusos sexuales cometidos por clérigos y religiosos/as, el uso de pornografía infantil y el encubrimiento de los mismos abusos (VELM, art°2). Por lo tanto, las iglesias particulares de Morón y de Merlo-Moreno hemos creado un “mostrador” u “oficina” para tal efecto. Para la Iglesia es muy importante velar por la dignidad de la conciencia (GS16) y por la grandeza de la libertad (GS17). Lo que se pretende con estos criterios, es que las personas que han sufrido abusos puedan recurrir a las Iglesia diocesanas de Morón y de Merlo-Moreno con la seguridad de que serán bien recibidas y estarán protegidas, y que sus informaciones serán escuchadas.
Para la mejor atención de dicha oficina, y para la tutela de la integridad de los menores y personas vulnerables en general, hemos constituido un grupo específico interdiocesano e interdisciplinar. Sus tareas, además de lo estipulado por el Motu propio, serán:
a) Promover iniciativas de prevención y de protección del abuso sexual infantil, de adolescentes y de adultos vulnerables en las instituciones del ámbito de las dos diócesis.
b) Ofrecer una respuesta y contención pastoral a los informantes-denunciantes y a sus familiares; así como a los denunciados y la comunidad en general de un abuso sexual sospechado o revelado. Se trata de conocer los indicios que puedan ayudar a detectar un abuso y las actuaciones a realizar con la víctima y el presunto agresor denunciado o sospechado.
De ahí la necesidad, para esta tarea de prevención y tutela, de contar con un instrumento que dé criterios y normas claras para que los espacios eclesiales sean lugares seguros para los menores, adolescentes y adultos vulnerables. Como Iglesia, nos hacemos cargo de estas heridas y, por eso, queremos acompañar a quienes han padecido semejantes delitos. Queremos sanar y ayudar a sanar.
“La sanación supone además cerrar heridas, el dolor y el enojo profundo. Es imprescindible orientar toda esa fuerza y esa energía para poder capitalizar todo ese dolor, llamado a ser semilla de un mundo que nos permita entrar en una cultura del cuidado, enseñando a los chicos, chicas y a los jóvenes para saber decir que no cuando se trata de la invasión de la propia intimidad. A confiar en los adultos responsables para denunciar y para que aprendan desde chicos a defenderse y defender a los demás de ese poder que avasalla y corrompe la dignidad de la persona en su recinto más sagrado que es la intimidad” (Reflexiones de Mons. Ojea sobre el encuentro de Presidentes de Conferencias Episcopales que convocara el Papa Francisco en febrero de 2019).
Les compartimos los dos documentos de referencia para el tema en la Diócesis de Morón: