Ordenación Sacerdotal Juan Favatella

04 de octubre de 2021

Víspera de la Solemnidad de la Purísima del Buen Viaje

 

“Señor Tú lo sabes todo, Tú sabes que te quiero” (Jn. 21, 17)

 

Les doy a todos una cordial bienvenida. Saludo de manera especial a la familia de Juan, a sus amigos, a todos los que han venido de distintos lugares y de las distintas comunidades de la diócesis.

Celebración diocesana de nuestra Madre del Buen Viaje:

La ordenación sacerdotal

Juan, Dios habla a través de las circunstancias que nos tocan vivir: A través de los acontecimientos, de las personas y, sobre todo, desde los signos de este tiempo que se presenta tan contradictorio y a la vez, tan apasionante.

Hoy, la circunstancia fundamental es tu ordenación presbiteral: Dios nos habla en tu entrega, en tu sí, en tu disponibilidad sin condiciones. Dios nos habla a través de tu consagración al servicio del pueblo de Dios, en el ser pastor, capaz de dar la vida por las ovejas, que te encomienda el Señor. En eso consiste tu respuesta, tu confesión de amor al Señor: en el hacerte cargo, en el pastorear, apacentando las ovejas, que te encomienda el Señor. (Jn. 21, 15-17)

Hoy, en la víspera de la solemnidad de la Purísima del Buen Viaje, patrona de esta diócesis y fundadora de este pueblo de Morón, Dios nos regala la gracia de un nuevo sacerdote. Así, como el miércoles pasado en la parroquia San José de Morón sur, tuve la inmensa alegría de conferir la ordenación presbiteral a Carlos, miembro de la congregación de los padres Miguelitas, en el día en el que celebraban cien años de la fundación de la congregación.

Nuestro Sínodo Diocesano. El proceso de la escucha

Otra de las circunstancias a las que nos referíamos, es el caminar juntos, o sea, nuestro primer Sínodo Diocesano.

Dios nos habla a través de esta experiencia del proceso de escucha, que posibilita hacer el camino juntos, o sea caminar juntos.

“Escucha Israel”( Dt 6, 4) Escucha Iglesia de Morón: Escucha lo que el Espíritu le dice a las Iglesias (Ap 2-3).

Juan, abrí tu oído, abrí tu corazón para escuchar al Espíritu. Nuestra Iglesia en su caminar sinodal se ha puesto a la escucha, sumáte a la misma.

El Misterio de la Visitación.

La solemnidad diocesana que estamos celebrando, es una circunstancia fundamental que marcará tu vida de sacerdote. Hay una presencia especial de la Virgen del Camino, de la Señora del Buen Viaje que, a partir de hoy, te acompañará siempre.

Esta advocación que veneramos, está referida al misterio de la Visitación.

Juan, como María y con María partirás sin demora como alegre mensajero del Evangelio, impulsado por la fuerza y la agilidad del Espíritu que hoy te consagra con el óleo de la alegría. Las sendas de la Virgen te llevarán a visitar a todos los sufrientes, sobre todo, a estar presente junto a los enfermos, a los abatidos, a los desesperanzados. Te llevarán también a sentarte a la mesa de los pobres y compartir con ellos la vida. Y también, como lo hizo Jesús, no temas sentarte a la mesa de los pecadores.

María de la Visitación, María del Camino te impulsará a encender en el corazón de los jóvenes el fuego de Jesús. Te empujará a las periferias donde encontrarás al Señor de Galilea junto a los descartados y junto a los últimos.

Con la Virgen del Buen Viaje, la de la ermita, la de la posta de los caminantes, aprendé en medio de esta pandemia del Covid 19, el oficio de consolar: “Consuelen a mi pueblo” (Is 40, 1), dice el Señor “Hablen al corazón” (Is 40, 2).

La posta de hoy, que en realidad no solo es la ermita, sino toda nuestra Iglesia de Morón, se ha convertido en un hospital de campaña para atender a los heridos, para levantar a los caídos, para reconfortar al fatigado (Is 50, 4), para dar una palabra de aliento a los que están agobiados.

Juan, dedícate a sanar heridas y enjugar lágrimas. Hacete experto en humanidad. Asumí los desafíos de este tiempo, especialmente las consecuencias de la pandemia y la crisis social que deriva de ella. Tratá de comprenderla, sintiéndola y haciéndote cargo. En medio de esta crisis que ahonda las grietas, convertite en puente: Sos pontífice por definición, mediador entre Dios y los hombres. Estás llamado a construir puentes, a ser un hombre de paz y reconciliación.

Año de San José

Este año dedicado a San José, es otra de las circunstancias que marcarán tu vida de sacerdote.

Juan, pedile a San José que te enseñe el arte de la paternidad. La gente te dirá padre, selo de verdad, “padre en la ternura, padre de corazón”.

En la homilía de la de la Misa Crismal de este año, les decía a los sacerdotes: “Somos verdaderamente padres en el don de nuestra vida a través del ejercicio de nuestro ministerio. Somos padres dando vida a los demás, generando descendencia…” “Debemos ser padres que engendran vida a través de un amor creador que se expresa, valga la redundancia, en la valentía creativa frente a las dificultades y los problemas”.

“Por otro lado, como fruto de la paternidad que engendra vida y está al servicio de la vida, surgen comunidades vitales, comunidades en las que se nota que hay vida (movimiento, iniciativa). El signo más elocuente se constata cuando esas comunidades son capaces de salir de la “casa” para lanzarse a los “caminos de la misión”.

“Señor Tú lo sabes todo, Tú sabes que te quiero”

Tu lema sacerdotal es una respuesta de amor a una pregunta de amor, que hoy Jesús reitera en tu vida. Pienso que la celebración de tu ordenación sacerdotal expresa, ante todo, ese diálogo de amor entre vos y Jesús, que, seguramente, se está dando en lo más profundo de tu corazón.

Jesús, te hace partícipe de su misión: la del Buen Pastor. Haciéndote cargo de la misma, le estarás demostrando a Jesús, tu amor por El, que lo querés de verdad.

Querido Juan para terminar deseo que seas muy feliz como cura, solo así serás eficaz.

Le pido a San Francisco que como la de él, tu vida sea un Evangelio vivo.

Que San José te custodie.

Que la Virgen del Buen Viaje te guíe en el camino.

 

+Jorge Vázquez