Carta al pueblo de Dios

ante la Pandemia del Coronavirus

Morón, 15 de marzo

 Queridos sacerdotes, diáconos, hermanos y hermanas:

“Al atardecer le llevaron muchos enfermos y Él los curó con su palabra. Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Isaías: Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.” (Mateo 8,16).

En estos momentos de intranquilidad y preocupación que ha generado la actual emergencia sanitaria, quiero compartir con ustedes como padre y pastor algunas reflexiones y orientaciones.

En primer lugar debemos recordar esas palabras de San Mateo con las que he querido comenzar este mensaje y que nos muestran a Jesús no solo cerca de las enfermedades y los dolores sino cargando con ellos. Es un relato que no se refiere solamente a tiempos pasados hace mucho en Galilea, el Señor sigue cerca nuestro y nos acompaña, consuela y sostiene en los momentos de dolor y desconcierto. Él está con nosotros y nunca nos abandona.

En segundo lugar quisiera recordarles que esta difícil situación nos encuentra caminando juntos en tiempos de nuestro primer Sínodo diocesano y ese caminar juntos es la mejor manera de acompañarnos, de cuidarnos como hermanos de una misma familia sosteniéndonos unos a otros y viviendo las dificultades como una verdadera comunidad en la que todos reforzaremos nuestros vínculos de hermanos.

Les pido que caminemos más juntos que nunca unidos a nuestra madre, María Nuestra Señora del Buen Viaje, ella camina a nuestro lado y ella es la posta de los caminantes en la que todos recuperamos nuestras fuerzas. Desde los inicios de la vida de nuestra patria ella ha sido el refugio en los momentos de dolor y junto a ella hemos atravesado las muchas dificultades que ya hemos superado como Pueblo de Dios que camina en Morón, Hurlingham e Ituzaingó.

Estrechamente unidos, el obispo, los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y religiosas, los laicos, todo el Pueblo de Dios caminando juntos, tenemos que ser una gran comunidad al servicio de los que sufren. Por eso con todos los recaudos necesarios y siguiendo las indicaciones de las autoridades vamos a encontrar la manera de que nuestras parroquias, capillas y comunidades permanezcan abiertas para ser espacios de encuentro con Nuestro Señor Jesucristo en los sacramentos, la confesión, la unción de los enfermos y la oración perseverante y confiada.

Pero permítanme recordarles que el Señor no está solamente en nuestras iglesias, cada casa, cada familia, es un espacio sagrado desde el cual debemos elevar nuestras oraciones y desde allí acompañar a las personas mayores a las que hay que cuidar especialmente. Recemos e invitemos a rezar ininterrumpidamente, oremos en familia y con los niños, para que sepamos auxiliar a quien lo necesite en esta pandemia del coronavirus y en la epidemia del dengue. Oremos para que estos momentos de dolor nos sirvan para crecer en nuestro amor al prójimo y nuestra confianza en el Señor Jesús y en nuestra Madre Nuestra Señora del Buen Viaje.

Actuemos con prudencia pero sin dejarnos llevar por el miedo observando las recomendaciones que nos hacen las autoridades.

Acompaño esta carta con algunas disposiciones pastorales prácticas para hacer nuestro el cuidado de cada uno, especialmente de las personas más vulnerables y frágiles de nuestras comunidades.

Los invito a renovar nuestra oración a Nuestra Señora del Buen Viaje y a San José, en las vísperas de su festividad.

 

P. Jorge Vázquez
Obispo de Morón

Ver Disposiciones Pastorales para la Diócesis de Morón ante la Pandemia del Coronavirus