Homilía Ordenación Diáconos

Solemnidad de San José – 19 de marzo de 2021

Les doy a todos una calurosa bienvenida, especialmente a ustedes queridos Carlos, Horacio, Daniel y Félix, presentes aquí, junto a sus esposas y sus hijos, y que en unos instantes más serán ordenados diáconos por la imposición de las manos del obispo.

También quiero saludar a todas las comunidades que están bajo el patrocinio de San José, incluido nuestro seminario y de un modo especial quiero saludar a los padres José Antonio Demaría, Gustavo de la Torre y Mariano Del Río que hoy celebran el aniversario de su ordenación sacerdotal.

No quiero dejar pasar esta oportunidad sin agradecer a quienes han acompañado a estos hermanos nuestros en su formación en el Instituto “San Lorenzo”, de un modo particular P. Fernando Laguna quien con tanto empeño está al frente de esta tarea

Con gran alegría, en este año de San José, conmemorando el 150 aniversario en que fuera declarado patrono de la Iglesia católica por parte del Papa Pio IX, y en el día propio de la   solemnidad de San José, esposo de la bienaventurada Virgen María. Nos reunimos para vivir un acontecimiento clave en el caminar de nuestra Iglesia de Morón-Hurlingham-Ituzaingo como es la ordenación de cuatro nuevos diáconos que serán así sacramento de Cristo siervo que vino a servir y no a ser servido (Mt. 20, 28) y que está en medio de nosotros como el que sirve (Lc. 22, 27).

Así queridos Carlos, Horacio, Daniel y Félix ocuparán el puesto más importante en medio del pueblo de Dios, como es el de ser servidores. Sin duda en este momento ustedes sienten emoción, están llenos de entusiasmo palpitando muchos proyectos y sueños. Los invito a que contemplemos a San José como auténtica figura del diácono.

San José figura del diácono

Me parece que la figura de San José puede ayudarnos a comprender la identidad del diácono, que, ante todo, es servidor.

En San José vislumbramos a alguien que al igual que María, asume su vida con la disponibilidad y la humildad de un servidor. Lejos de todo protagonismo del aparecer, del hacerse notar o del competir.

El diácono servidor al igual que San José no siente, no piensa, ni actúa desde la lógica mundana del poder, sino desde la lógica evangélica del amor.

Hago mías unas palabras de Francisco que nos muestran a San José como “el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta… San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en segunda línea tienen un protagonismo sin igual en la Historia de la Salvación” (Patris Corde – Introducción).

Protagonistas de este tiempo

La situación de la pandemia que ha provocado una profunda crisis en nuestras vidas nos hace tomar conciencia, (sigo parafraseando al papa Francisco), que los verdaderos protagonistas de la historia, los que están escribiendo los acontecimientos decisivos que estamos viviendo, son gente sencilla, simple: enfermeros, médicos, jóvenes que ayudan en los comedores, sacerdotes, religiosas, capellanes de hospital, la gente de limpieza, los voluntarios de Cáritas, muchas personas de nuestras comunidades que se han animado a colaborar en las ollas populares, generando  todos una gran corriente de solidaridad capaz de encender la luz de la esperanza. Pienso que ustedes están especialmente llamados, desde la autenticidad de su ministerio a mantener viva esa luz en medio de las grandes dificultades y desafíos de nuestro tiempo.

San José es junto con María, la Virgen, uno de los principales protagonistas de la Historia de la Salvación, ya que se puso como Ella incondicionalmente al servicio del plan de Dios. O si prefieren, al servicio, del gran sueño de Dios.

En la oración que rezamos al comienzo invocábamos a Dios que le confió a San José el cuidado de los comienzos de la salvación humana

San José el servidor silencioso y obediente que hace posible el gran sueño de Dios

¿Cuál es ese plan? ¿Cuál es ese sueño?, sin duda la encarnación del Hijo para la salvación de la humanidad, para la redención, para la liberación de toda esclavitud, del mal, del pecado y de la muerte para la Vida plena, para los cielos nuevos y la tierra nueva (Ap. 21, 1)

Para ello necesitaba que alguien hiciese las veces de padre. Y, del mismo modo, que obró con María, cuando por medio del Ángel le manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios a través de un mensajero y lo hizo mediante los sueños.

El Evangelio que acabamos de escuchar nos muestra a un José lleno de angustia porque no podía entender el embarazo de María y no quería denunciarla. El dilema parecía no tener solución hasta que el ángel del Señor, en sueños, permitió que lo resolviera.

“José no temas recibir a María tu esposa porque lo que ha sido engendrado en Ella, proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo al que pondrás el nombre de Jesús porque El salvará a su pueblo de todos sus pecados”. (Mt. 1, 20-21) “…Y, al despertar, José hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado”. (Mt. 1, 24)

Queridos servidores, desde la obediencia de la fe, desde su compromiso, desde su ministerio, desde la vida familiar, desde el caminar juntos como Iglesia de Morón, desde el servicio a las comunidades permitan que los sueños de Dios para nuestro tiempo se hagan realidad.

El diácono custodio del servicio

Ante todo, sean como San José, que fue el servidor fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Hijo único, concebido por obra del Espíritu Santo (Prefacio de la misa de San José).

Para esto háganse responsables en la Iglesia del servicio y del compartir para que nadie pase necesidad en nuestras comunidades. Sirvan las mesas, háganse cargo de las viudas y de los huérfanos. (Hch.6, 1-7) Atiendan las necesidades de los más vulnerables; incluyan a los descartados; sirvan a los pobres.

Por otro lado, los diáconos están directamente vinculados al ministerio del obispo. Son por eso los ojos del obispo y en cierto sentido los ojos de la diócesis. Les pido que abran los ojos para traerme a mí, los sufrimientos, las pobrezas, las desesperanzas y angustia de tanta gente. Miren hacia afuera para descubrir y señalarle al obispo los lugares de dolor.

Queridos hermanos dentro de unos momentos serán ordenados diáconos para nuestra diócesis de Morón en la cual serán “los custodios del servicio”, que nos recuerden que es posible el sueño de una Iglesia pobre para los pobres, de una Iglesia que confía en los medios pobres para evangelizar.

Que la Virgen del Buen Viaje los acompañe siempre y que San José los cuide.

Jorge Vázquez
Obispo de Morón